miércoles, 31 de mayo de 2017

El jinete polaco.(Antonio Muñoz Molina)



 Querida amiga Yolanda

Hace mucho tiempo que no nos vemos pero aún recuerdo tu pasión por la lectura.
Cuando  hace unos días dí por terminada una novela,sugerencia de un profesor para nuestra clase de lengua, fuiste tú  la primera persona que vino a mi cabeza. A quien mejor que a ti podría yo recomen- darle la lectura del último libro que he leído y que  sin duda no deja indiferente a nadie que precie la historia de una buena novela. Si te he de ser sincera, en un primer momento creí que no  sería capaz de continuar con dicha lectura.Una serie de entramados acontecidos en diferentes líneas de tiempo,una multitud de personajes que no conseguía ubicar muy bien...en fin.., un laberinto de situaciones que no acababan de encajarme y que  hasta una bien tardía hoja doscientos y pico no empezaría a llamar mi atención . Si, has oído bien, "doscientos y pico", pero es que el libro da para mucho.Será a partir de un  momento concreto,la descripción de un  inminente parto ,cuando comienzo a ubicar los hechos, y es entonces cuando poco a poco empiezo a engancharme a esa serie de historias que aunque tardías irán conectándose poco a poco..
Intentaré ubicarte un poquito pero has de ser tu quien realice este propio viaje.
El narrador de nuestra historia,es un traductor simultaneo que ha trabajado para diferentes organismos internacionales pero sin rumbo fijo. Manuel, que así es  como se llama,vive en Nueva York con Nadia,hija de un antiguo militar republicano  a quien, tras la Guerra civil,el exilio político  le obligará a abandonar España  y  buscar una nueva vida en el condado de Queens,uno de los estados de Nueva York, donde acabará trabajando como bibliotecario.Será allí donde más tarde conocerá a la futura  madre de su hija.
 Manuel y Nadia, pasaran largas horas de conversación en su piso de Nueva York  junto a un baúl lleno de fotografías, (regalo de un tal Ramiro Retratista,  antiguo fotógrafo que vivió en el pueblo de descendencia de Manuel)  que les harán comenzar un viaje de recuerdos a lugares y hechos en distin-tos lugares pero sobre todo les enviará al lugar que le da sentido a la historia, Mágina, un pueblo andaluz característico de la España profunda donde poco a poco y gracias a este archivo fotográfico que ha llegado a sus manos, Manuel comenzará a encajar las piezas del puzzle de sus raices.
Un recorrido cronológico que nos paseará por importantes episodios de la historia de España  desde el asesinato del general Prim, allá por el año 1870 (quien había expulsado de España a la reina Isabel II),hasta la guerra del Golfo en 1990.Conoceremos a Pedro Expósito Expósito, su bisabuelo, que había luchado en la guerra de Cuba y cuyo apellido no era otro que el que se le ponía a los niños que eran abandonados en la inclusa y luego dados en adopción, como era su caso; la vida de sus padres, una dura vida de trabajo y sobriedad típica de aquella España profunda de la que nuestro narrador intentará huir desde que tiene uso de razón... Historias de amor de adolescencia y de reencuentros.Encontrarás algún personaje sorpresa que aparecerá en lo que podríamos definir  como un "cameo lingüístico" regalo del autor de la novela y que yo no supe detectar,me refiero a algún personaje público de nuestros días que forma parte de nuestra vida cultural,espero que tu lo puedas adivinar...si vas hilando...canciones que te llenarán de recuerdos de tu juventud...En fin, un entramado de hechos e historias que van y vienen y cuyo punto en común será el  exilio, que de una manera u otra formó parte de la vida de los todos personajes que integran la novela.Pero habrá una historia en la que deberás fijar tu atención.Abrirá la llave en la inesperada aparición de una mujer momificada,tras un bombardeo, y que ha permanecido emparedada durante años tras los muros de una vieja casa del pueblo y echará el cerrojo a esta serie de acontecimientos" laberínticos" en la página 616,dando sentido a toda la historia .FIN. Espero que te guste.

ANA

martes, 9 de mayo de 2017

Quisiera tener varias sonrisas


      Quisiera tener varias sonrisas de recambio 
      y un vasto repertorio de modos de expresarme. 
      O bien con la palabra, o bien con la manera, 
      buscar el hábil gesto que pudiera escudarme…

     Y al igual que en el gesto buscar en la mentira 
     diferentes disfraces, bien vestir el engaño; 
     y poder, sin conciencia, ir haciendo a las gentes, 
     con sutil maniobra, la caricia del daño.
     
    Yo quisiera ¡y no puedo! ser como son los otros, 
    los que pueblan el mundo y se llaman humanos: 
    siempre el beso en el labio, ocultando los hechos 
    y al final… el lavarse tan tranquilos las manos.


   Concha Méndez.



La paloma